CUANDO EL YO SE SUSTITUYE POR EL NOSOTROS

Existen multitud de razones que nos llevan a colaborar con una ONG. Unos apoyan los valores de una ONG porque los consideran justos. Otros colaboran por pena ante enfermedades o catástrofes, de manera puntual o continuada. Otros aportan su tiempo o su dinero porque se sienten agradecidos a la vida por todo lo que tienen y así lo comparten con los demás.

Siendo sincera creo que el mayor motivo que me mueve a colaborar con la ONG “SOGOLO” es el egoísmo. Muchos no lo entenderán, pero creo que dar mi tiempo y mi pequeña aportación económica mensual a SOGOLO hace que me sienta mejor. Estoy desplazando el “YO” hacia el “NOSOTROS”, como reza la frase que da título a este post, uno encuentra el bienestar en su vida. En inglés YO es I y WE es nosotros. Enfermedad se dice “Illness” y si se cambia ese “I” por “WE” la palabra resultante es “Wellness”, que significa bienestar. Este juego de palabras es real como la vida misma o al menos a mi me lo parece. Cuando de pensar en mis cosas, en mi trabajo, en mi familia, en mis problemas, alzo la mirada hace el nosotros, hacia nuestras cosas, nuestro trabajo, nuestro mundo, nuestros problemas… y los problemas personales son menos problemas porque se relativizan. Se coge distancia, se deja de pensar en nuestro ombligo y se piensa mejor.

Ser empático nos predispone a colaborar por el bien de los demás, pero si no lo eres, no hay excusas. También se puede trabajar la empatía, buscar una meta que dé sentido a nuestro día a día. Así lo expresa Victor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido”: “El hombre no necesita realmente vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta o una misión que le merezca la pena.” Está en la línea de las célebres palabras de Nietzsche: “El que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”. ¿Y cuál puedes esa misión o meta que merezca la pena? Hay muchas. Una puede ser pensar en los demás, empatizando con los que más lo necesitan, colaboraren construir un mundo mejor… nos ayudará a vivir mejor. Beltran Russel confesaba en su autobiografía: “El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el cielo. Pero siempre la solidaridad me hacía volver a la tierra. Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente aliviar el mal”. De este modo, ayudando a los demás uno conseguirá ser feliz. De ahí mi egoísmo en colaborar con SOGOLO. ¿Te atreves a ser egoísta tú también? Depende de ti. ¡Colabora con SOGOLO!